Principios de la PNL

Principios de la PNL


Tres son los principios de la Programación Neurolingüística (PNL), sobre los cuales se cimenta toda su estructura: la claridad de objetivo, la agudeza sensorial y la flexibilidad de conducta. Veamos de qué se trata cada uno de estos principios:

Claridad del objetivo:

Dado que la PNL se concentra principalmente en la conducta, lo importante para poder iniciar un trabajo terapéutico es saber qué quiere la persona.A veces no tenemos muy bien definido qué es lo que deseamos lograr. En PNL esto se plantea de una forma muy original ya que se plantea la pregunta: ¿Qué es lo que SI quiero?. Si analizamos el lenguaje de muchas personas, vemos como los objetivos tienden a plantearse de manera negativa: No quiero perder, no quiero engordar, no quiero enfermar, etc. Esto no es correcto, pues ya se ha planteado en numerosos estudios neurológicos que el cerebro funciona de forma analógica, es decir, no entiende el no. Si le pedimos a una persona que cierre los ojos y no piense en un limón amarillo, la imagen que vendrá a su mente será la del limón amarillo, pues el cerebro responderá de manera automática al estímulo, a la palabra “limón + amarillo”.

Por esta razón, debemos enfocarnos en el objetivo, en qué realmente queremos y expresarlo de manera positiva, para que la imagen que nuestro cerebro recree sea de lo que realmente deseamos, y no de lo contrario. Lo correcto seria decir, en los casos antes citados: Quiero ganar, quiero mantener mi peso ideal, quiero ser saludable…

Agudeza sensorial:

Esto se requiere para poder conectarnos con nosotros mismos, con nuestros recursos, con nuestros estados potenciadores, para alcanzar los objetivos. Igualmente, aprender a calibrar y entender a quienes nos rodean, de tal forma que nuestra comunicación sea realmente efectiva. Debemos acostumbrar a nuestros sentidos a percibir más allá de lo evidente, pues muchas veces dejamos pasar información importante para resolver situaciones determinadas. La agudeza sensorial nos permite ponernos en "sintonía" con nosotros mismo y con los demás, nos ayuda a ser más empáticos.

Flexibilidad de conducta:

El tener la capacidad de observarnos constantemente y percatarnos sobre cuál es el resultado de nuestra comunicación, nos permite evaluar también cómo estamos interactuando con el mundo. Pero esto de nada nos sirve si no tenemos la suficiente flexibilidad de conducta para adecuar, modificar o cambiar lo que estamos haciendo si descubrimos que no responde a nuestros objetivos. A veces por distracción, comodidad, miedo o ignorancia mantenemos conductas inadecuadas. La flexibilidad de conducta nos permite aumentar nuestra capacidad de adaptabilidad y nuestros recursos para afrontar situaciones distintas. Si seguimos haciendo lo mismo posiblemente continuemos obtenido el mismo resultado. Si queremos resultados distintos debemos hacer cosas distintas.

Lolimar Araujo Morales

Publicar un comentario

0 Comentarios